BODEGA LA CASA MAGUILA

Todo comenzó en 2009

Jesús Peña, su fundador y alma mater, defiende con pasión que "la columna vertebral de los vinos de Maguila es la fruta y la acidez de la uva que les da suavidad, sabrosidad y longitud", y considera que esa es "la riqueza" del vino. Por el contrario, los atributos clásicos de los vinos de Toro, su "volumen, equilibrio y tanicidad que le aportan la estructura", no están en su lista de prioridades a la hora de elaborar sus tres primeras marcas: Cachito Mío, Quizás yAngelitos Negros.

El curioso nombre de la bodega es un homenaje de Jesús Peña a su padre, a su abuelo y a su bisabuelo, quien fue el primero en recibir ese apodo en su pueblo de origen. Los Peña siempre han sido los Maguila en el pueblo de Cáceres del que son originarios, donde el abuelo Maguila hacía compatible la elaboración de vinos con otros muchos negocios. Heredero de su espíritu inquieto y empresarial, Jesús Peña ha fundado esta bodega donde concentra toda su ilusión y su amor por el vino en un nuevo proyecto vital y profesional.

Cachito Mío, Quizás y Angelitos Negros son, casi no hace falta recordarlo, nombres de boleros célebres, que La Casa Maguila ha escogido para denominar sus vinos. Y eso porque Jesús Peña desde siempre se ha servido de la música para describir las profundas emociones y sensaciones que le producen los vinos.

El viñedo viejo y sufridor es otro de los puntos clave de La Casa Maguila. Durante los últimos años, la bodega ha buscado el viñedo más antiguo y los pagos más difíciles, las fincas más alejadas del agua, el suelo más arenoso, el terreno que reúna mayor cúmulo de circunstancias que logren molestar a la viña al punto de que su producción sea menos que escasa y por lo tanto de excelente calidad. Una uva que recoja la alta expresión varietal de la Tinta de Toro.

En distintas fincas de la Denominación de Origen, con viñas que van desde la centuria hasta los pocos años de antigüedad (que aunque hoy en día no se utilizan para la elaboración de vinos de la casa, sí son su futuro), La Casa Maguila mima las uvas e incorpora prácticas respetuosas con la normativa ecológica si bien no están todavía etiquetados como tales.

HISTORIA

Su primera elaboración fue Cachito Mío de Casa Maguila del que se elaboraron unas 10.000 botellas.

Intentan rodearse de los mejores profesionales y los mejores medios técnicos existentes. Por eso cuentan con la ayuda de Ana Martín y Pepe Hidalgo, que forman uno de los equipos de consultoría vitivinícola con mayor reputación en España. Se incorporaron desde principio al proyecto, colaborando con la bodega, trabajando con ilusión y mucho rigor para llevarlo a buen puerto.

El vino tinto de la bodega Casa Maguila ha sido concebido como un vino de espíritu audaz e innovador dentro de la D.O. Toro, capaz de representar de forma fiel el carácter de su bodega.

FILOSOFÍA

En La Casa Maguila se habla de magia, de honestidad, de tenacidad y de pasión obsesiva por el vino. Toman como referencia una casa, una casa mágica donde se hacían y se vendían vinos especiales que hablaban de naturaleza y tradición. Una casa que cautivaba a la gente, porque todos los que allí entraban disfrutaban de los buenos momentos que nacían alrededor de las copas de vino. Con una declaración de intenciones tan honesta y sencilla, nace La Casa Maguila, una bodega poco habitual en sus maneras y etiquetas que se manifiesta en tres puntos directos:

Ante la injusticia generalizada solo encontraréis constante y rebelde honestidad.
Ante la incredulidad, andaremos nuestro propio camino dando cada paso con tenaz audacia.
Ante el desánimo la búsqueda constante de hacer cierto un sueño con obsesiva pasión.