Creemos que la viticultura sostenible en el Medio Mosela está estrechamente relacionada con el respeto por las tradiciones.
El respeto por las tradiciones significa, ante todo, limitar el cultivo a las clásicas pendientes pronunciadas en lugares expuestos, en los que se han producido grandes vinos a lo largo de los siglos.
Por tanto, nos limitamos a las variedades clásicas de uva en el viñedo.
Nos sentimos obligados a la viticultura natural. Porque los grandes vinos solo se pueden producir en el viñedo en armonía con la naturaleza.
Trabajamos en el sótano sin utilizar aditivos.
Creemos que el uso de levaduras, enzimas y otras ayudas en la vinificación dará como resulta vinos a granel uniformados e industrializados que contrarresten la singularidad de nuestra región.
Creemos que los grandes vinos del Mosela necesitan tiempo. Su potencial de madurez y longevidad tienen una reputación mundial.
Este ha sido el caso en el pasado y continuará haciéndolo en el futuro. Así es como trabajamos y para eso lo hacemos.
Nuestros vinos crecen y prosperan en alrededor de 12 hectáreas de pendientes pronunciadas en el área de cultivo circundante de Brauneberg y sus comunidades vecinas.
Además de la marca registrada de nuestra bodega, la ubicación de Brauneberger Juffer, también hay parcelas en las antiguas ubicaciones tradicionales de Kestener Paulinshofberg, Piesporter Goldtröpfchen, Wintricher Geierslay y Oligsberg, Mülheimer Sonnenlay, Veldenzer Grafschafter Sonnenberg y Dhroner Hofberg, a partir de las cuales producimos nuestros mejores Rieslings y Pinot Noirs.
Cantidades de cosecha bajas controladas, una selección estricta de la uva (todas las uvas se cosechan y clasifican a mano), así como un procesamiento de la uva particularmente cuidadoso sin estrés mecánico, garantizan la más alta calidad.
Desde 1999, Stefan Steinmetz ha asumido la responsabilidad principal de la elaboración de los vinos. Éste cambio generacional permitió no solo la continuación de la antigua tradición vitivinícola, sino también una mejora en todas las áreas de vinificación a través de conocimientos fundamentados, recién adquiridos y ingeniería de procesos moderna.
El enfoque del trabajo minucioso en el viñedo y la bodega es trabajar en la tipicidad de cada lugar, aquí, en cada añada y desde cada lugar, tratamos de producir la máxima calidad, teniendo en cuenta las condiciones geológicas y climáticas.
El comercio exterior se basa en una viticultura casi natural, que incluye una viticultura lo más respetuosa posible con el medio ambiente evitando fertilizantes, herbicidas e insecticidas.
La adquisición selectiva de antiguas parcelas de Riesling de pie franco también formaba parte del concepto de calidad de la empresa.
En la economía de bodega no se utilizan agentes de tratamiento como levaduras y clarificantes, aditivos ácidos o cal desacidificante. No se utilizan proteínas animales. Todos los vinos se fermentan espontáneamente en grandes maderas o acero, sin excepción.
El resultado son vinos independientes, con carácter y extremadamente almacenables que solo pueden describirse como individualistas.
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